Crítica de Home en Jazz ese Ruido:
Nos complace decir que, después de muchos años de evitar a guitarristas que vendían extraños experimentos instrumentales con la falsa etiqueta de jazz, poco a poco vamos reconciliándonos con el instrumento gracias a nuevos músicos que están llenando el panorama de ideas frescas y, a la vez, respetuosas con la tradición. Felipe Villar es uno de ellos, un guitarrista de recursos inagotables, el tipo de músico que uno querría encontrar en un club, tocando en directo, al que habría que escuchar sin pestañear para no perder detalle. En ciertos aspectos, recuerda un poco a Jim Hall, un guitarrista que hacía que todos los discos sonaran a música en directo.
Procedente de conservatorio y con formación en la ESMAE y en el Seminario Permanente de Jazz de Pontevedra, de donde no cesan de llegarnos nuevos músicos, Felipe Villar trae la experiencia a su primer álbum, Home (Free Code, 2014), donde forma trío con el contrabajista José Manuel Díaz y el baterista Max Gómez, al que escuchamos habitualmente con Marcos Pin, Juyma Estévez y otros músicos de la escena gallega, y a cuya chispa nos estamos volviendo adictos. Gómez tiene un gusto por los charles que nos recuerda algunas participaciones antológicas como sideman de Shelly Manne en la época gloriosa del bop (y sus derivados). Su eficacia rítmica sostiene todo el álbum.
En la parte compositiva del disco, sorprende el estilo. No hay dos temas iguales y, sin embargo, todos llevan una misma línea, con un sonido fresco y clásico al tiempo, donde uno no distingue a la primera escucha cuáles son las composiciones originales y cuáles los standards ("You Go To My Head", "Duke Ellington's Sound of Love", "Everything Happens To Me"). El sonido, cálido y natural, es el resultado de haber grabado el álbum en el estudio casero de Villar, sin mezclas ni retoques posteriores, como afirma en el libreto. De ahí el título del disco, Home.
Resumiendo, Felipe Villar es de esos músicos que uno lamenta no haber conocido antes. Su habilidad para componer y arreglar los temas con un clasicismo edificante, su manera elegante de tocar y la sutileza con la que extrae las notas de su guitarra son un regalo en estos tiempos de ruidos donde las prisas y el estruendo etiquetan la música en general y, por desgracia, también el jazz.
Un buen ejemplo del álbum podría ser este "Cinisi", en la que la sección rítmica comienza construyendo una balada de una manera un tanto especulativa para evolucionar poco a poco hacia un tempo medio muy mainstream. También sirve para ilustrar la manera en que los tres músicos protagonizan el trío: al comienzo de la canción, el contrabajo es el que lleva la melodía, mientras que la guitarra le hace el obligato; después, en la mitad del tema, hay un diálogo muy interesante en el que es el contrabajo el que responde a la guitarra. Aquel conversational jazz del que hablaba Nat Hentoff... Está grabado en directo en el Café Jam Session de Ourense.
El guitarrista vigués Felipe Villar presenta su primer trabajo como líder después de co-liderar los proyectos Rua Da Alegría y Travel Hats (un disco publicado en cada formación). Además participa como sideman del quinteto de Alberto Vilas con dos discos publicados a día de hoy, el segundo de ellos Crónica Cromática grabado solamente dos meses antes que el disco que vamos a reseñar. Para esta primera aventura en solitario, Villar se acompaña del baterista Max Gómez y del contrabajista José Manuel Díaz formando el Felipe Villar Trío.
Home es el título de este trabajo homónimo. Y tiene mucho sentido ya que se grabó en su propia casa en un estudio que, como explica en el libreto, va construyendo poco a poco y en el que pretende, aparte de realizar grabaciones, hacer pequeños conciertos, dar clases, hacer sesiones, estudiar…. Y aparte de lo que estoy diciendo, tiene sentido porque el resultado del disco transmite tranquilidad… relax… Da la sensación de que los tres músicos se sienten cómodos y relajados, vamos, como cualquier persona en su casa. Max Gómez y José Manuel Díaz son los perfectos huéspedes de un genial anfitrión.
El disco se compone de nueve temas, seis de los cuales son composiciones originales de Felipe Villar y los tres restantes son las siguientes versiones: “You Go To My Head” (Fred Cots), “Duke Ellington’s Sound Of Love” (Charlie Mingus) y “Everything Happens To Me” (Matt Denis). Tanto las composiciones originales como las versiones son coherentes con el concepto del disco. El trío consigue algo muy difícil, que un disco que casi se podría decir que es lineal (no hablo negativamente) consiga que estés disfrutando de lo lindo en cada tema. Me refiero a que mantener un disco entero, sin que existan grandes momentos de intensidad ni grandes bajadas, sino que mantiene buen swing… buen hacer… todo ejecutado con mucha tranquilidad y que no se pretende en ningún momento demostrar virtuosismos ni, como diría el Cifu, demostraciones circenses, ni el disco lo necesita en absoluto. Villar realiza unas composiciones que enganchan, en mi caso siguen en mi cabeza y las tarareo durante varios días. Está claro que es un disco melódico y de retirada bastante clásica, pero esto no me impide para nada el placer de escucharlo. Evidentemente, hay momentos para la improvisación siempre dentro del concepto explicado.
Felipe Villar tiene una técnica muy elegante, toca la guitarra con mucha suavidad, casi se podría decir que la acaricia y esto se transmite a través de las notas que proyecta hacia nosotros. El trabajo de la rítmica me parece un gran acierto, Gómez y Díaz no se limitan a acompañar a Villar haciendo un ritmo clásico, sino que dentro de este clasicismo, hacen pequeñas diferenciaciones y variaciones que enriquecen el trabajo. Home es un trabajo excelente en su planteamiento, ejecución y desarrollo.
Tengo la impresión de que Felipe Villar dará mucho de qué hablar en los próximos años.
© Jesús Mateu Rosselló, 2014
Xa podedes ler unha nova crítica de Home en B!ritmos, por Cándido Querol.
"En las notas interiores, explica el mismo Felipe, que este trabajo se ha grabado en su casa, que es donde vive, donde escucha música, donde la genera y donde la comparte con amigos y público, no es de extrañar pues que este Home, desde el primer tema, Optimism suene sobre todo a sincero. El trío entra a saco cogiendo sin pudor detalles bluseros para ir ofreciéndonos una música que sabe de dónde bebe y hacia dónde va. El sonido es genial y el contrabajo de José Manuel Díaz se va instalando en tu cabeza, vamos bien. Duke Ellington?s Sound of Love, quanta razón tiene Mingus, autor del tema, y que agradable escucharlo en este formato de trío, Max Gómez, como siempre enorme, repasando con sus baquetas detalles y fraseos que adornan el trabajo elegantísimo de la guitarra de Felipe Villar. Cinisi, de momento parece que en lugar de una guitarra tengamos dos, las escobillas de Gómez y la pulsación segura de José Manuel Díaz nos descubren una composición preciosa. El trío suena perfectamente engrasado, en la segunda mitad del tema, las cuerdas se entrelazan que da gusto y la batería les marca un ritmo vertiginoso que no pierden en ningún momento. 23 blues, no sé si contarlos, pero está claro que el tema va de blues, puede ser pantanoso, ese dúo batería, contrabajo. O más nórdico cuando coge el mando Felipe Villar, pero siempre contundente y negro. Bigman, dedicado al fallecido Quin Alborés, diseñador gráfico tan cercano al mundo del jazz gallego. Gómez vuelve a coger las escobillas y ese gris plomizo de los días de lluvia en Galicia se instala en el comedor de la casa, la guitarra de Villar crea frases sobre un fondo triste, el trío vuelve a cabalgar al unísono. A thousand Miles, Gómez impone su ritmo, o quizás recuerda el swing de Miles y trabaja a partir de aquí. La guitarra, ahora vacilona, duda entre percutir al igual que sus compañeros o ser más lírica, todo vale. Un tema para bailar sin duda alguna. Si no eres bailongo, al menos no te resistas a seguir el compás con los nudillos de tus manos. You gou to my head, (Fred Cots) y Everything happens to mi (Matt Denis) que cierra el disco son las otras dos versiones que ha escogido el vigués para mostrarnos sus gustos. Y entre medio Bluefun, de nuevo el blues sirve de excusa para que el trío se exprese a sus anchas. De nuevo el sonido claro y contundente del contrabajo tan pronto acompaña como se instala en primera línea, la batería precisa i juguetona y esa guitarra que puede recorrer la historia de los grandes guitarristas, en cualquier tema de cuatro minutos. Decía Villar en sus notas que espera no sea lo último que se cueza en su casa, si hay que firmar para esa petición, no lo dudaré. Directo a mi cajón de grandes discos de tríos"